Canción de vuelta

«Ya es hora de intercambiar paisajes por palabras. Ya es hora de replegar las alas rumbo a casa.» 

Canción de vuelta es una de las canciones más especiales que he llegado a conocer, pero jamás la había comprendido como ahora. Nunca había tenido la experiencia de enfocarme en una sola cosa por meses hasta conseguir mantenerla a flote. No sabía lo que significaba «irse de casa», morir a uno mismo, sacrificarse por cumplir un sueño.

Hasta ahora nada a ha sucedido como esperaba, pero eso me ha enseñado a apreciar las sorpresas de todos los días; conocer a alguien interesante, escuchar una historia que recordaré siempre, y esperar a esos milagros que se toman su tiempo pero terminan llegando en el mejor momento.

«He visto la tierra girar cosida a los desiertos sin mitad. La sombra quebrada de un glaciar que tiembla como un crío frente al mar.»

Después de tanto andar, como sonámbula, conseguí detenerme y despertar para apreciar todo lo que he caminado. Esa «vuelta a casa» no es volver atrás, regresar mis pasos andados, sino volver a sentirme plena, en paz, energizada. Volver a ser yo misma después de tanto luchar por arrancar sin gasolina y superar la angustia de no saber cómo es que todo va a salir bien.

Siento que al fin he vuelto a casa. Después de tantas horas concentrada en perfeccionar Ana Vegana,  crear recetas que funcionen siempre,  y en aprender a darle la bienvenida a los errores que son inevitables. Siento que he logrado crear un balance saludable para darle tiempo a otros sueños que he dejado en pausa.

«He viajado a lomos de la lava de un volcán esclavo de su urgencia y su velocidad. Haciendo de la música espejo de mi hogar, un manto en los delirios de un chaval.»

Volver a casa para mí significa volver a escribir sin prisa, volver a tomar alguna herramienta y permitir que fluya todo lo que se había quedado guardado. Hay tantos poemas que he dejado para otro día, pensamientos que he olvidado por no haberlos sembrado, versos que se han ido sin que pudiera contemplarlos en silencio. Entiendo que fue necesario, que fue nada más un proceso, pero ahora que ya pude regresar, trataré de no volver a soltarlo.

«Ya es hora de intercambiar su fuego por palabras. Ya es hora de replegar las alas rumbo a casa.»